Enfermedades mentales: La norbina

Según un estudio publicado en la revista Science realizado por la Universidad Rockefeller en Nueva York, una proteína cerebral llamada Norbina puede dar pie a desarrollar nuevas terapias para las enfermedades mentales.
En principio, es un componente en parte desconocido y que sirve como proteína accesoria para un receptor de un neurotransmisor importante en el cerebro.
Cuando el científico Hong Wang y su equipo retiraron la norbina en ratones observaron que los roedores mostraban algunos signos de conducta esquizofrénica.
Como consecuencia de esto podríamos pensar en que algunos enfermos con conductas esquizofrénicas podrían mejorar si se les introdujese esta proteína, ya sea porque les falta o porque sea deficiente.
La proteína interactúa con receptores de neurotransmisores vitales para realizar tareas de aprendizaje y memoria.
Es estupendo saber que se sigue intentando llegar más allá en el campo mental. Pese a muchos impedimentos y recortes de presupuesto, los científicos buscan disminuir la severidad de los brotes en estas enfermedades, prevenir recaídas, mejorar el funcionamiento de los fármacos aumentando la calidad de vida para que los pacientes puedan integrarse de forma satisfactoria en la sociedad y lo que es más importante, en sus propias vidas.
Que pacientes graves con problemas psiquiátricos no estén controlados o no mejoren, supone una pérdida muy importante de su vida útil situación que, en muchos casos, se extiende a sus familiares.
Las mejoras que se persiguen en estos casos son fundamentalmente paliar el deterioro de roles funcionales como son el aseo, el arreglo personal, el interés por la vida, la socialización y la adquisición de conocimientos y destrezas.
Es indiscutible que la valoración de las enfermedades mentales es compleja y requieren de un gran grupo de especialistas, psicólogos y psiquiatras, educadores sociales, enfermeros psiquiátricos, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales y otros profesionales, que aumenta aún más la combinación de factores al tener que contar con un diagnóstico individualizado por paciente para estudiar cada campo que a su vez se dividen en grandes grupos psicopatológicos como son los trastornos mentales orgánicos, esquizofrenias y trastornos psicóticos, trastornos de estado de ánimo, trastornos de ansiedad, adaptativos y somatomorfos, disociativos y de personalidad.
Esto nos da una idea de la complejidad que demuestra este estudio por lo que debería ser extremadamente importante no escatimar recursos para estudios como los de los efectos de la Norbina puesto que tocan temas vitales para nuestra evolución y supervivencia dado que cualquiera podríamos vernos afectados en algún momento de nuestra vida.